
Siempre me ha preocupado cual debe ser la justa duración que se indicará a los alumnos para el desarrollo de una prueba de rendimiento. La importancia radica en que ellas son el instrumento con que cuenta el docente o la institución educativa para medir el rendimiento de un alumno en una o varias áreas o contenidos. El MINEDU señala que uno de los grandes problemas educativos es el referido a los bajos rendimientos en matemática entre los estudiantes que terminan la secundaria. En ese sentido, es conveniente hacer algunas reflexiones sobre la evaluación de los aprendizajes de matemáticas que, por la propia naturaleza del curso, involucra un conjunto de habilidades cuya aplicación se ve amenazada cuando se trabaja contra el tiempo.
Una prueba de rendimiento, construida con criterios generalmente aceptados y considerando en su aplicación una duración adecuada, posibilita medir los conocimientos teóricos y prácticos de los alumnos, constituyéndose en un valioso instrumento de evaluación. Un examen propuesto como una acción rutinaria para cumplir la cuestión administrativa de asignar una calificación a los alumnos, no constituye un elemento de juicio acerca de los logros de los mismos. En ese sentido, un componente importante en la evaluación del aprendizaje de matemáticas es la duración que se asigna para el desarrollo de la prueba. Al respecto me voy a permitir hacer una analogía, la misma que cada vez que se me pregunta sobre este tema, suelo citar:
Supongamos que nos proponemos preparar un pavo al horno, empezamos revisando cuidadosamente la receta, luego juntamos todos los ingredientes, los mismos que iremos incorporando según las indicaciones, finalmente lo metemos al horno, programamos el tiempo y esperamos que nuestro pavo se cocine. Queda claro que si el tiempo de cocción no es el adecuado, nuestro pavo no habrá cocinado según lo esperado. Muy poca importancia tendría el hecho de haber seleccionado cuidadosamente los ingredientes, o de haber hechos las pruebas de sabor durante el proceso previo. Si el tiempo de cocción no es el adecuado, nuestro pavo no tendrá un buen sabor. Es decir no habrá pasado la evaluación.
De igual manera, si nos proponemos evaluar el aprendizaje de matemáticas, los docentes debemos tener en cuenta cual es la duración adecuada que se debe asignar al proponer una prueba de rendimiento. Si la duración de la prueba es muy limitada de poco habrá servido haber revisado la teoría, aprender las fórmulas y procedimientos, revisar los ejercicios de clase y resolver ejercicios adicionales; no alcanzaría el tiempo asignado para responder correctamente todas las preguntas y, probablemente, no aprobaría la evaluación. El presente artículo pretende discutir algunos aspectos relacionados con este asunto.
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