“Un barco navega por el océano con destino a
Le Havre; transporta un cargamento de lana de 200 toneladas de peso bruto que
ha cargado en Boston, tiene el palo mayor roto, el grumete pasea por el puente,
el barco lleva 12 pasajeros a bordo, el viento sopla Este-Nordeste y son las 3
y cuarto en punto de una tarde del mes de mayo. ¿Cuál es la edad del capitán?”
El enunciado
anterior corresponde a una carta escrita en 1843 por el novelista francés
Gustave Flaubert (1821-1880) - autor de Madame Bovary - en la que pedía a su
hermana Caroline que resolviera dicho problema. No podemos tener certeza de
cual era la intención del novelista pero claramente encontramos un exceso de
palabras con información innecesaria e insuficiente para dar respuesta a esta
pregunta. Se trata de un problema irresoluble. Esta carta fue dada a conocer
por Stella Baruk, profesora e investigadora de la educación matemática, en su
libro La edad del capitán - el error
matemático (1985). Baruk dirigió el instituto de investigación de la
enseñanza de la matemática (IREM) y los resultados de sus investigaciones a
partir de las respuestas dadas por una muestra amplia de estudiantes examinados
a problemas irresolubles como “Hay 26
ovejas y 10 cabras en un barco. ¿Cuántos años tiene el capitán?” arrojaron
una conducta tan irracional como sumar el número de ovejas y cabras para hallar
la edad de una persona. En su tesis doctoral Jiménez (2008)[1] señala
otros problemas en estudios similares realizados por Raddatz (1983) “Katja invita a 8 niños a su fiesta de
cumpleaños que será dentro de 4 días.
¿Cuántos años cumplirá Katja?” y Reusser (1988) “Hay 125 ovejas y 5 perros en un rebaño. ¿Cuántos años tiene el pastor?”
Jiménez refiere que
los resultados obtenidos por estos estudios con niños del 1° al 5° confirmaron
parcialmente los encontrados por el estudio del IREM. Raddatz encontró que el
porcentaje de errores era mayor cuanto mayor era el grado de escolaridad por lo
que una de sus conclusiones fue la “decisiva influencia que tenía la cantidad
de enseñanza formal recibida en la concepción de que la aritmética es un tipo
de juego regido por reglas artificiales y sin conexión alguna con la realidad”
(,). A su vez Reusser concluyó que el fracaso se debía al aprendizaje de que
los problemas escolares de matemáticas no tienen necesariamente que tener
sentido. Así, todos los problemas deben solucionarse numéricamente y lo más
frecuente es que haya que hacerlo utilizando todos los números y aplicando la
última operación aritmética que se haya aprendido.
La primera vez
que supe de los resultados de estos estudios me llamó mucho la atención. Años
después encontré una explicación en la teoría de las situaciones didácticas de
Brousseau para quien existen interrelaciones sociales entre los docentes y los
estudiantes que condicionan lo que estos aprenden y la forma como lo hacen.
Brousseau llama situación didáctica al conjunto de estas interrelaciones. Se establecen responsabilidades entre el
docente y el estudiante. El primero debe aceptar la responsabilidad de los
resultados y asegurar al segundo los medios efectivos para la adquisición del
conocimiento matemático. El segundo debe aceptar la responsabilidad de resolver
los problemas planteados por el primero, a pesar que no se le haya enseñado la solución.
A este sistema de obligaciones recíprocas se le denomina contrato didáctico.
Este contrato, con componentes explícitos aunque en su mayoría implícitos,
define las reglas de funcionamiento dentro de la situación.
Si el docente no
ha trabajado en las sesiones de clase este tipo de problemas irresolubles y
cada problema que propuso siempre tuvo solución, es bastante probable que los
niños esperen que este problema también lo tenga. Y, si como es costumbre, se
llega a la solución utilizando los datos numéricos y las operaciones
aritméticas estudiadas, es de esperar que los niños operen con estos números
para encontrar la respuesta. Así por ejemplo, para el caso de la pregunta del
pastor: “Hay 125 ovejas y 5 perros en un
rebaño. ¿Cuántos años tiene el pastor?”, más allá de su significado tenemos
dos datos numéricos 125 y 5 para los cuales resulta:
125 + 5 = 130; 125
- 5 = 120; 125 ´ 5 =
625; 125 ¸ 5 = 25
De estos
resultados el único que parece ser un número razonable para la edad de un pastor
es 25, por lo que para muchos niños la respuesta fue “el pastor tiene 25 años”.
[1] La activación del
conocimiento real en la resolución de problemas. Un estudio evolutivo sobre los
problemas no-rutinarios de adición.
1 comentario:
puff si me gusto esta muy bonito jejejeje puff 4 puntos menos eso no es de bonitos
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